domingo, 28 de octubre de 2012

La Laguna Véneta y el Viaje a Ninguna Parte

Ayer vi el primer largometraje de A. Segre, Io Sono Li (traducida aquí como La Pequeña Venecia (Shun Li y el Poeta)) recordándome, como si se tratase de un juego de espejos en paralelo, un viaje que hice, hace pocos meses, justamente al mismo lugar.

Durmiendo en un hostal de carretera de Marghera y desde Venecia me dirigí a Lido, esperando quizá encontrar, desde la ingenuidad, alguna playa que me recordara a fragmentos de Tomas Mann o Visconti.
Desde allí, inicié, en soledad (pese a ir acompañado) un viaje a ninguna parte enlazando vaporettos, autocares y barcazas en un desplazamiento con destino desconocido; deslizándome sobre mi voluntaria ignorancia casi en línea recta:
Lido, larga como un fémur, nacida del cuerpo de la vieja y parquetematizada Venecia. Después, la espinal e interminable Pellestrina y más allá, la niebla siempre, el ruido de motor, la vibración, el chasquido de agua y una emoción contrariada impregnando mi cuerpo. La Laguna Véneta y la niebla como un único cuerpo blanco que me engullía entero y me hacía pequeño.
Y, finalmente, Chioggia, como destino inventado.
Caminé, caminamos y deshice el viaje con cierto disgusto de no haberme detenido en una osteria. Uno de los lugares donde Shun Li y Bepi tejen su/la historia.

Laguna Véneta y Shun Li (Zhao Tao), 2012

domingo, 21 de octubre de 2012

Valdemar y las Nuevas Topografías

Durante estos últimos meses descubrí una conexión entre la Cianes de Ovidio, el Valdemar de Poe, el Dorian Gray de Wilde o el Edipo en Colono de Sófocles. Personajes hermanados­ con mi personaje recurrente del “hogueroso”, rostro o máscara licuada que me acompaña desde hace 25 años.
Licuefacción, fulminación, implosión de la burbuja de la vida en nada. (Lacan,1955) ¿Ahora cuando nada soy, acaso me convierto en hombre? De Edipo en Colono a Primo Levi.

Poetización vía aceleración de lo que somos. Una muerte súbita como metáfora de nuestra condición de seres humanos.
Revertir la muerte latente que vampiriza el auténtico latido de la vida o del deseo.

Y esta conexión la tejo en mi no-lugar. Un agujero negro que taladra la extensión de las horas, un hueco, una perforación en el espacio, pozo abismal o desagüe de mi juventud.
De los topos, del no-lugar, a las topografías. Crear mapas, hoy sí es tiempo de quimeras.

Uno ha de hacerse cargo de su cadáver para lograr navegar lúcido.

Deseo de buen nauta.


Hogueroso + intervención en publicación de arqueología