domingo, 21 de octubre de 2012

Valdemar y las Nuevas Topografías

Durante estos últimos meses descubrí una conexión entre la Cianes de Ovidio, el Valdemar de Poe, el Dorian Gray de Wilde o el Edipo en Colono de Sófocles. Personajes hermanados­ con mi personaje recurrente del “hogueroso”, rostro o máscara licuada que me acompaña desde hace 25 años.
Licuefacción, fulminación, implosión de la burbuja de la vida en nada. (Lacan,1955) ¿Ahora cuando nada soy, acaso me convierto en hombre? De Edipo en Colono a Primo Levi.

Poetización vía aceleración de lo que somos. Una muerte súbita como metáfora de nuestra condición de seres humanos.
Revertir la muerte latente que vampiriza el auténtico latido de la vida o del deseo.

Y esta conexión la tejo en mi no-lugar. Un agujero negro que taladra la extensión de las horas, un hueco, una perforación en el espacio, pozo abismal o desagüe de mi juventud.
De los topos, del no-lugar, a las topografías. Crear mapas, hoy sí es tiempo de quimeras.

Uno ha de hacerse cargo de su cadáver para lograr navegar lúcido.

Deseo de buen nauta.


Hogueroso + intervención en publicación de arqueología

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