domingo, 28 de octubre de 2012

La Laguna Véneta y el Viaje a Ninguna Parte

Ayer vi el primer largometraje de A. Segre, Io Sono Li (traducida aquí como La Pequeña Venecia (Shun Li y el Poeta)) recordándome, como si se tratase de un juego de espejos en paralelo, un viaje que hice, hace pocos meses, justamente al mismo lugar.

Durmiendo en un hostal de carretera de Marghera y desde Venecia me dirigí a Lido, esperando quizá encontrar, desde la ingenuidad, alguna playa que me recordara a fragmentos de Tomas Mann o Visconti.
Desde allí, inicié, en soledad (pese a ir acompañado) un viaje a ninguna parte enlazando vaporettos, autocares y barcazas en un desplazamiento con destino desconocido; deslizándome sobre mi voluntaria ignorancia casi en línea recta:
Lido, larga como un fémur, nacida del cuerpo de la vieja y parquetematizada Venecia. Después, la espinal e interminable Pellestrina y más allá, la niebla siempre, el ruido de motor, la vibración, el chasquido de agua y una emoción contrariada impregnando mi cuerpo. La Laguna Véneta y la niebla como un único cuerpo blanco que me engullía entero y me hacía pequeño.
Y, finalmente, Chioggia, como destino inventado.
Caminé, caminamos y deshice el viaje con cierto disgusto de no haberme detenido en una osteria. Uno de los lugares donde Shun Li y Bepi tejen su/la historia.

Laguna Véneta y Shun Li (Zhao Tao), 2012

2 comentarios:

  1. ...me he quedado con los ojos cerrados, esperando en Chioggia, sentada en un rincón, medio oculta entre la niebla.... espectante por saber qué puede ocurrir.
    (ELI)

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    1. Eli-Hèlia, todo se entreteje, todo continua. Todo es urdimbre.

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