El día.
Imaginemos la vida en ebullición, en su extremo casi insoportable, el sol en descenso, inmersos en la inevitable nube de mosquitos, pese a todo, llenos, henchidos de oxígeno, sin necesidad de respirar ¿para qué? el aire entra por sí solo en la orilla de un río preservado, bajo el peso del calor y de la humedad, en un fragmento de selva primaria, en la Amazonia.
…
La noche y los días sucesivos.
Durante el descenso del río Tambopata, en la canoa, hacia las tres de la mañana, casi todo el mundo yacía dormido, acurrucados entre mantas, ajenos a los estallidos de luz sobre las copas de los árboles, todo anunciaba tormenta y cuando llegó también se instaló el frío.
El “friaje” que paralizó la selva, su polifonía, su color, el crecimiento imparable de raíces, ramas y hojas, aves, insectos, guías y turistas acurrucados, muertos a diez tristes grados, abatidos por el frío patagón.
Apagón de vida, de energía enorme encerrada en un solo puño, como si un dios hubiera apagado el interruptor del trópico eterno para aleccionarnos sobre lo frágil de todo.Durante el descenso del río Tambopata, en la canoa, hacia las tres de la mañana, casi todo el mundo yacía dormido, acurrucados entre mantas, ajenos a los estallidos de luz sobre las copas de los árboles, todo anunciaba tormenta y cuando llegó también se instaló el frío.
El “friaje” que paralizó la selva, su polifonía, su color, el crecimiento imparable de raíces, ramas y hojas, aves, insectos, guías y turistas acurrucados, muertos a diez tristes grados, abatidos por el frío patagón.
El espléndido escenario que emanaba una naturaleza exhuberante de sonidos nunca antes escuchados y la nada desoladora de la muerte , de golpe, de todos ellos....como si tods los seres que habitan ese ecosistema se hubieran esfumado, se hubieran quedado mudos de repente...esa tregua que nos regaló los vientos de la Patagonia,dio un respiro a mi abatido organismo que no podia desenvolverse en un territorio tan hostil....aunque reconozco que eché a faltar las serenatas nocturnas, sólo audibles en la amazonia.
ResponderEliminar"espléndido escenario (...)" ¿qué pasaría si la Amazonia solo fuera un escenario para un nuevo consumo? Lo es la Antártida, como escenario de un turismo de lo extremo, como una forma de sumergirse durante unos días en una hiper-realidad que debería colmar el vacío de nuestra realidad.
ResponderEliminarMi "fría amazonia" es más cercana, en mi caso, como metáfora, al desasosiego de Pessoa.
Nuestros mundos, pese a todo signo opuesto, son frágiles como una arquitectura de cristal.
Unos días después, un terremoto...¿te imaginas? El dios estaba enfadado...
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