El caos es una tormenta de arena bajo el tiranía de Seth. La prohibición es tajante: Tras el viento ensordecedor, no es posible retirar la arena acumulada.
Como en el Hombre de Arena de E. T. A. Hoffman, uno se siente aterrado; se tapa los ojos y ciego, solo queda caminar a trompicones, entre escollos abandonados por uno mismo, como un vaciado rey tebano.
Es necesario crecer hasta alcanzar buena talla, romper el párrafo anterior como quien estalla un reloj de arena. Lanzar sus pedazos al mar. Nadar en invierno. Limpio, ordenar un jardín, colocar bien sus piedras y comer sus mejores frutos; dejando el resto a sus moradores.
|
La Bicha de Seth, 2006 |
No hay comentarios:
Publicar un comentario