sábado, 26 de febrero de 2011

La Levedad del Otro

Esta semana S., mi alumna menuda de 13 años, lloraba desconsoladamente en clase, en duelo por su hermana muerta hace un año. 

Unas horas después leía un texto sobre Descartes de Lacan: “es sin duda el sujeto mismo que es interrogado quien busca serlo como tal: el sujeto en tanto que se pone en juego toda la verdad en relación con él, (…) y lo que es interrogado no es lo real y la apariencia, la relación de lo que existe y lo que no existe, de lo que permanece y lo que se pierde, sino el hecho de saber si uno puede confiar en el Otro, si como tal lo que el sujeto recibe del exterior es un signo fidedigno.

De este modo parece que la consistencia o fiabilidad del Otro es previo a la substancia cartesiana, al sujeto como tal.
Esa misma noche soñé con mis muertos más íntimos y más amados; y descubrí que ellos eran los que, en gran parte, estiraban del hilo de mi lucha radical.
 

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